Otros productos apícolas

Polen

El polen es el elemento reproductor masculino de las flores. Es una célula, protegida por una cubierta, con poros de apertura, que contiene el núcleo reproductor masculino y las reservas necesarias para su viaje hasta el óvulo. Las abejas lo recogen de las flores, lo apelmazan con miel, y forman unas pelotitas que trasportan a sus colmenas como reserva de proteínas, grasas, vitaminas, minerales y otros oligoelementos nutritivos.

Los apicultores lo recogen colocando unas trampas a la entrada de las colmenas que permiten el paso de las abejas pero capturan las bolas que trasportan en las patas traseras. Para acondicionarlo solo lo secan en corrientes de aire a 40ºC.

El polen ya era recomendado como fortificante por los célebres médicos árabes españoles en el s. XII, como Maimónides. Pero su consumo no se generalizó hasta los pasados años 50.

Se consume habitualmente como complemento de dieta, por sus aportes de antioxidantes, vitaminas del grupo B y algunos minerales. Deportistas, personas sometidas a esfuerzos físicos o mentales, en fases de crecimiento, y convalecientes son quienes más lo incorporan a sus dietas.

Composición del polen en 100 g. (valores medios)
Proteinas 15 gr.
Hidratos de carbono 65 gr.
(Azúcares 58g)
Grasas 5 gr.
(Ácidos Grasos Saturados 2g.)
Fibra alimentaria 5 gr.
Sodio 0,14 gr.
Vitamina B1, tiamina 0,9 mg./100 gr.
Vitamina B2, riboflavina 1,0 mg./100 gr.
Vitamina B6, piridoxal 0,5 mg./100 gr.
Fósforo 270 mg./100 gr.
Magnesio 45 mg./100 gr.
Potasio 580 mg./100 gr.
 

Habitualmente se consume solo, directamente, pero también puede incorporarse a zumos, batidos, ensaladas de verduras y frutas crudas, e incluso pasteles y bollería.

Para un mejor aprovechamiento se recomienda consumirlo de la cosecha del año, conservarlo al abrigo de la luz en lugar seco, y fresco, herméticamente cerrado (es higroscópico). También es recomendable “hincharlo”, disgregar la pelota y hacerle emitir el tubo polínico, para una mejor y más rápida asimilación de sus componentes a través de los poros de su cubierta de protección; para ello es suficiente dejarlo unos 15 minutos en un poco de un líquido azucarado (agua con miel o un zumo de frutas).

Las personas con un fondo alérgico o los niños menores de dos años pueden consumirlo, pero bajo observación médica.

Jalea real

La jalea real es un líquido espeso o cremoso, de consistencia pastosa; blanca nacarada o ligeramente amarillenta, de olor ácido y ligeramente picante y gusto ácido intenso.

Es una secreción glandular de las abejas más jóvenes, con la que alimentan cada pocas horas a sus larvas recién eclosionadas solo en
sus tres primeros días de vida si son de obrera (luego pasan a comer miel y polen), y durante toda su vida si se trata de la reina. Esta diferencia en la dieta hace que las obreras vivan entre dos y cuatro meses y las reinas unos tres años.

Los apicultores la recogen directamente de las celdillas en las que las colmenas están criando reinas. Una colmena raramente produce más de 250 g. en cada periodo, de los que solo suele haber dos al año.

Composición de la jalea real en 100 g. (valores medios)
Agua 65,5 gr.
Proteinas 13,2 gr.
Azúcares 14,1 gr.
Grasas 5,8 gr.
Sales minerales 1,5 gr.
Sodio 816 mg./100 gr.
Valor nutricional 155,4 Kcal./100 gr.
Ácido 10-hidroxidecenoico 1,5 mg./100 gr.
 

Habitualmente se consume como estimulante del organismo, sobre todo en personas mayores, niños y sometidas a esfuerzos. La forma de consumo es ponerla bajo la lengua, para que se absorba fácilmente.

Como en el resto de los productos apícolas se recomienda no consumir en caso de alergia, o hacerlo bajo observación médica. Menores de 2 años, consultar con el pediatra.

Propóleos

Son unas resinas producidas por las partes tiernas, yemas, de algunos árboles y arbustos de la vegetación natural, que utilizan como antibiótico natural para proteger esas partes tiernas del ataque de bacterias, hongos, e insectos. Son recogidas por las abejas y mezcladas con ceras en el interior de la colmena, donde se extienden por el piso, las paredes y el interior de las celdillas para higienizarlas y mantener la sanidad de la colonia.

Los apicultores los cosechan de las zonas donde las abejas los acumulan, en el interior de las colmenas. Se presenta como un producto ceroso, con más o menos plasticidad a temperatura ambiente, rígido en frío. Su color es variable entre marrón amarillento, amostazado, y pardo oscuro, pudiendo incluso llegar a ser gris, según las plantas de que
provenga. El aroma y gusto dominante es resinoso, a veces con componentes picantes.

Para uso humano se suele presentar en polvo o bien disuelto en diferentes tipos de disolventes orgánicos (alcohol, glicoles…).
Estas presentaciones se incorporan a jarabes con otros extractos de plantas, a jabones y geles y a otros productos cosméticos y para el cuidado y la higiene de la piel y las vías respiratorias.

Además de sus propiedades higienizantes tiene otras anestésicas, por lo que cuando se usa por vía oral, en algunas personas más sensibles, pueden aparecer sensaciones de adormecimiento en la cavidad bucal.

Composición de los propóleos en 100 g. (valores medios)
Agua 4 gr.
Proteinas 13 gr.
Azúcares 25 gr.
Grasas (cera) y aceite vegetales 55 gr.
Sales minerales 4 gr.
Sodio 231 mg./Kg.
Valor nutricional 585 Kcal./100 gr.
Flavonoides 4%
 

Como en el resto de los productos apícolas se recomienda no consumir en caso de alergia, o hacerlo bajo observación médica. Menores de 2 años, consultar con el pediatra.

Cera

La cera de abejas es una grasa que producen estas en cuatro pares de glándulas que tienen en su abdomen. La secretan en forma de pequeñas escamas, que luego unen unas con otras mediante una sustancia de su saliva que la disuelve, para formar las paredes de las celdillas y los panales. A temperatura ambiente es sólida, pero a 40 ºC es moldeable, y funde a 65ºC.

Componentes de la cera de abejas
Monoésteres 35%
Diésteres 14%
Triésteres 3%
Hidroxiésteres y poliésteres 12%
Ésteres 3%
Hidrocarbonatos de cadena larga 14%
Ácidos grasos de cadena larga 12%
 

Cuando un panal de cera lleva ya varias temporadas de uso en la colmena la cera se oscurece, por las acumulaciones de mudas de la metamorfosis de las pupas de las abejas y de polen. Entonces los apicultores los sacan de las colmenas y los funden con agua caliente, limpiándolos mediante filtración y decantación, lo que permite recuperar otra vez la cera virgen limpia.

Esta cera se utiliza para fabricar nuevas láminas de cera impresa para las colmenas o para otros usos industriales, como cosmética (es emoliente y protectora de piel y cabellos), impermeabilizaciones, cremas de zapatos, moldes de joyería…